Además del diseño y la estructura de una web, que ya sabes que tiene que ser funcional, de fácil navegación y con un embudo de ventas incorporado, los contenidos de la misma son vitales.
Los textos (el copy y microcopy) son fundamentales, pero las imágenes lo son más. Y es en esta parte donde casi todas las webs dejan bastante que desear, salvo en las que nosotros metemos mano, claro, aunque a veces las pasamos canutas para que nos hagan caso.
Si tienes en cuenta que el 90% de la info que recibe tu coco es visual y que una imagen se procesa hasta 600 veces más rápido que el texto, quizá ahora te vayas haciendo idea de por dónde vamos con este episodio: una imagen vale más que mil palabras.
Las imágenes ayudan a posicionar tu web, por si no lo sabías, pero las buenas, además, mejoran la experiencia de usuario. ¿Cómo?
Una buena imagen minimiza la tasa de rebote, es decir, evita que la gente entre y se largue a Google de nuevo porque no ha visto nada atractivo. Pero, ¿cómo sabemos qué es una buena foto?
La idea es que las imágenes aporten contenido útil en una web, es decir, que se correspondan con lo que la gente está buscando en Google. Por eso, en nuestros diseños web, siempre buscamos poner a la gente en contexto nada más entrar en la página de inicio. Después, la foto (o vídeo en su caso) ha de ser de calidad y no puede tardar un siglo en cargar.
Y ahora viene lo importante: conviene que te gastes dinero en un o una fotógrafo profesional para evitar tener que meter fotos compradas. Y si no queda más remedio que comprarlas, pues entonces hay que editarlas para que Google no las detecte como de stock.
Es una inversión que se hace una vez y renta para mucho tiempo. La diferencia es brutal cuando se diseña una web con buenas fotos, la verdad, a todos los niveles. Será una de las mejores inversiones que hagas. Nada mejor que fotos propias para darle confianza a la gente.
La fotografía profesional te va a proporcionar fotos de calidad: fotos bien compuestas, con buena iluminación, con colores armónicos y, sobre todo, nítidas. Los clientes suelen pasarnos fotos que han hecho con el móvil (que para redes pueden valer), pero que acaban pixelando en las webs. Y esto es un problemón, porque quedan horribles, sobre todo cuando hablamos de productos o de sliders grandes en la página de inicio.
El problema del pixelado de imágenes o de que pierdan definición es más común de lo que crees. Hemos tenido gente que se obcecaba en que metiésemos la foto que había hecho en grande en su página de inicio y luego se llevaba las manos a la cabeza cuando la intentaba ver en una pantalla de ordenador de sobremesa… pixelada cual tablero de ajedrez.
Si echas un vistazo a nuestros diseños, verás que nos las apañamos para suplir la falta de fotos profesionales con otros trucos.
Vamos, que muchas veces, ya de entrada decimos qué fotos ni nos planteamos poner en la web, digan lo que digan. Por su propio bien y por la imagen de su negocio. Lo último que queremos, ya egoístamente, es que alguien vea una de nuestras webs y diga: -vaya mierda han hecho aquí-.
En las tiendas, obviamente, hay que añadir que las fotos se puedan ampliar y eso no se puede hacer con fotos cutres. Tener fotos de alta calidad de los productos, desde varias perspectivas, marca la mayoría de las veces que alguien acabe comprando o no.
Para muestra, algo muy ilustrativo. Todo el mundo ha visto las fotos de las hamburguesas que ponen los restaurantes en su publicidad, ¿cierto? Uno comienza a salivar nada más verlas. Y luego le haces una foto con el móvil y no se parecen en nada a las de ellos. Es la diferencia entre la fotografía profesional y la de andar por casa.
Mucha gente sube imágenes tal cual las sacan a sus webs, con el peso en megas que tengan, sin optimizar. Esto es un error garrafal.
Las imágenes en .png pesan mucho y siempre serán mejor las .jpg, eso tenlo en cuenta. Lo que quiero decir es que Google penaliza las cargas lentas y el usuario no va a estar ahí más de 4 segundos esperando a que cargue una imagen, eso ya te lo digo desde ya.
Una herramienta gratis y online que puedes usar es https://tinypng.com para optimizar tus imágenes.
Cuando vayas a subir una imagen, piensa primero cuál va a ser su finalidad. Quizá es solo para contextualizar algo y la gente no necesite verla en grande, con lo que puedes subirla en un tamaño reducido para quitarle peso a la web, con lo cual Google se alegrará.
Y hablando de Google, hay mucha gente que hace búsquedas por imágenes en Google. Quizá tú lo hayas hecho más de una vez, ¿verdad?
Por eso es importante que cada imagen tenga como nombre de archivo la palabra clave que quieras posicionar, por ejemplo, tenga un título y una descripción. No es bueno meter textos dentro de las imágenes y cuidado con intentar engañar a Google con las imágenes, que su inteligencia artificial detecta el contenido de cada una.
Si hay otra cosa para la que valen las imágenes es para atraer enlaces desde otras webs si son lo suficientemente buenas en cuanto a valor. Y si son propias, automáticamente ya tienes los derechos de autor sin tener que hacer nada.
Con el programa adecuado, como Adobe Bridge, puedes añadir metadatos a las imágenes, que Google detectará. Incluso se pueden meter palabras clave que, aunque a día de hoy Google no usa para posicionar, quién sabe si lo hará en el futuro.
A veces puedes necesitar una foto muy loca que no habría manera de hacer. Pues hay una web donde tú le dices qué quieres que te cree y lo hace, por muy raro que sea lo que pides, pero claro, a día de hoy, nada sustituye el trabajo de la fotografía profesional. Aquí os dejamos el enlace: https://imagen.research.google/
¿Por qué la gente cuando se casa contrata un fotógrafo profesional y no se queda con las que hacen sus amigos con el móvil? Por lo mismo que tu negocio lo necesita: porque quieres que todo sea perfecto y que, quien las vea, se lleve la mejor impresión posible.
Las fotos del día a día, déjalas para las redes sociales, donde prima la naturalidad, pero haz el esfuerzo de hacer una inversión que va a marcar la diferencia con el resto. La diferencia es brutal.
Hay clientes que nos han hecho caso y lo han podido comprobar. Las mismas fotos componían las webs por sí mismas de lo buenas que eran. Piensa en ello. No es tan caro como seguro te crees y en todas las ciudades hay profesionales que harán verdadera magia con tu negocio.
Recuerda: una imagen vale más que mil palabras. No seas cutre, porque es lo que la gente va a pensar de tu negocio, que no te lo tomas en serio.
Nadie os va a dar un consejo tan bueno para el negocio como éste. La pelota está en tu tejado.
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