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La cofradía del puño cerrado

Hoy, que ya dejamos la Semana Santa atrás, vamos a hablar de casos reales que se repiten una y otra vez, porque la gente no espabila y luego la procesión va por dentro.


Últimamente, se nos está dando el caso de clientes que nos llegan para gestionar el SEO de sus tiendas online. Hasta ahí todo estupendo, por supuesto.


Acuden a Fátima y a Lourdes, que son nuestros dos ordenadores dedicados a gestionar el SEO, con las webs que les han hecho por ahí y nos ponemos a trabajar para que se produzca el milagro que esperan.


Y se produce, claro.


El problema viene cuando hay que decirles que con la vela que han puesto no va a ser suficiente para que las ventas acudan a su tienda como caídas del cielo.


Hay que poner una vela a la imagen de marca, otra a generar confianza en la web y redes sociales, otra a los contenidos que se están publicando, otra a invertir en algo de publicidad, otra a detalles en los envíos… y así hasta consumir una caja de velas.


-No, no, que no tenemos presupuesto para tanto- es lo que suelen responder y ahí, por supuesto, no podemos hacer nada.


Bastante que nuestra genialidad les coloca en la primera o segunda página sin comprar enlaces y otras bendiciones que lanzamos a sus tiendas online, mientras el incienso en forma de vapeo inunda la sala y alcanzamos la iluminación en Google.


Y, de repente, cuando todo está listo para que el dinero entre a espuertas por nuestra parte y el SEO está en su punto ideal para cocinar una pasta…

…no venden ni a sus colegas, que ya es decir.


Vamos, que pasan de que les pongamos a las puertas del paraíso a que la cruda realidad les ponga mirando a la Meca.


No voy a negar que me encanta recibir esa llamada en la que empleamos la gran frase fenicier que tanto regusto nos aporta: -te lo dije-.


Son varios los casos ya en los que la gente entra en esas webs de pequeños negocios, que están en primera página de Google (¡aleluya!) por delante de los grandes, y se largan sin comprar absolutamente nada.


-Oh, Señor, ¿qué he hecho yo para merecer esto? – se pregunta más de uno.

Y el Señor, que está detrás del teléfono con media sonrisa, contesta: -Nada. ¡Pero nada de nada! –


Generar tráfico cualificado en Google, con lo que cuesta conseguirlo, llevarlo hasta esas tiendas online inanimadas, para que no haya nadie dando la cara y la bienvenida a la gente… Tanto para que solo vean que eres uno/a más del montón y que tus precios, porque les obligas a compararlos, no están a la altura.


Si no hay una estrategia de marketing que genere confianza, ¿es que vas a precio? Y si tampoco puedes competir en precio, ¿qué te queda? Cerrar el negocio, que es lo que les está pasando a algunos negocios, pese a estar en primera página.


Y ahí es donde comienza la procesión de las lamentaciones contra los potenciales clientes, en lugar de entonar el “mea culpa”.


El típico error de quienes montan un negocio online creyendo que irá igual que su tienda física sin tener que hacer mucho para que el dinero mane en mitad del desierto.


Y es algo que nos fastidia, porque casi todo el mundo sabe lo difícil que es llegar a estar en primera página en Google, para que luego se venga todo abajo porque su tienda online, sus redes sociales, sus mails, etc. invitan al peregrino, necesitado de sus productos y servicios, a huir como alma que lleva el diablo.


Como ves, de nada sirve el posicionamiento SEO o SEM (de pago) si la gente acaba en una cuadra en lugar de en un lugar favorable para que aflojen la bolsa. Incluyo aquí el tráfico de pago porque también nos ha pasado, que hemos avisado al cliente de que su landing era horrible o la sección de la web que iba a recibir el tráfico no generaba confianza… y la inversión se evaporó sin resultado alguno.


Queridos y queridas penitentes del marketing online. En esta vida, además de ser bueno, hay que parecerlo. Es la regla de oro de la comunidad Fenicier, que presidimos humildemente, a veces, y otras no tanto porque nos encanta decir lo buenos que somos (y tenemos abuela, que conste).


Así que aprovechamos este episodio y sermón de las 7 palabrotas que nos estamos aguantando, para volver a insistir en que gastéis el dinero en lo importante: diseñar la estrategia de marketing de vuestro negocio para que el SEO y todo lo demás funcione luego.


Fijaros si es importante, que hemos conseguido que, hasta los peores vendedores del mundo, vendan muy mucho, incluso criticando su propio negocio.


Aunque no lo creas, hay negocios que no sólo han tenido que cerrar su negocio online, sino también el físico por falta de “velas”. Poca tontería con este tema, que os puede salir cara la limosna.


Así que os perdonamos todos vuestros pecados digitales y os invitamos a ponerles remedio de una vez. La cutrez no conduce a nada. La falta de profesionalidad tampoco. La época de estar de brazos cruzados a la espera de que venga la gente, acabó hace una década.


Si quieres que la procesión deje de ir por dentro, conviene que nos hagas caso por una vez. Este consejo es gratis, el resto de nuestros servicios no.


Esto no es una cuestión de fe. Es una cuestión de orden y hacer las cosas bien. Ahora, también puede ser que te guste que te pongan mirando a la Meca. Ahí ya no decimos nada.

También puedes coger el teléfono ahora mismo y llamarnos para ver si nos interesa que trabajemos juntos.






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