Todo blog necesita de una estrategia, palabra muy usada y poco utilizada… Tienes que darle sentido a lo que haces. Eso es la estrategia: definir tus metas.
Si no sabes para qué quieres un blog, mal empiezas. Muchas empresas publican por publicar, sin ningún fin, gastando tiempo y recursos que no les suponen ningún tipo de retorno. Mejor no hacer nada, que hacerlo mal. Hacer por hacer no sirve de nada.
Estrenar un blog, un podcast, una newsletter, mola, pero ¿para qué los usas? Estás gastando tu propio tiempo para hacerlo, sí. ¿Cuánto cuesta tu tiempo? ¿Nada?
Un blog necesita de unos objetivos de uso y de asignarle un tiempo para sacarlos adelante. ¿Qué vas a ofrecer para atraer gente verdaderamente interesada en tus productos o servicios? ¿Qué contenidos vas a darles?
¿Para quién vas a escribir? ¿Has definido a tu cliente ideal? Te dejamos nuestra ficha para crear tus perfiles que te ayuden a comprender los intereses de tus clientes. Así podrás atacar sus miedos y sus dudas, sus puntos de dolor, qué tono usar con ellos, etc.
A la hora de generar contenidos, hay que saber qué necesitan tus futuros clientes, para qué lo quieren y cómo lo buscan en Google es fundamental (a través de preguntas, búsquedas directas, etc.). Hay que tirar donde les duele, a sus puntos de dolor, saber qué les preocupa de tus productos o servicios y ser capaz de ver qué ofreces que encaje en sus puntos de dolor, que te ponga en valor frente a la competencia.
Sabiendo todo esto, puedes redactar artículos de blog que sean como misiles teledirigidos. El marketing, las ventas, tienen mucho de psicología: conoce sus miedos y dales soluciones.
Según el tipo de cliente, tendrá unos intereses sociales u otros. ¿Crees que le interesará lo mismo a un soltero, que a una pareja, que a unos abuelos? No.
Imagina que tuvieras un gimnasio con clientela de todas las edades: podrías escribir un artículo sobre las mejores tiendas de deportes en la zona para jóvenes, los mejores parques para niños para parejas y las mejores sendas de paseo para los mayores, metiendo tu gimnasio al final del todo en cada uno de los artículos.
Vender sin vender. Nada de usar el blog cual Teletienda. Si demuestras lo que haces sin vender, tendrás éxito. Todas las empresas dicen que son los mejores en algo. Demuéstralo. Nada de decir “somos líderes” “somos los mejores” “equipo humano multidisciplinar” “10 años de experiencia”… La gente pensará: “no me cuentes tu rollo y dime cómo me vas a ayudar”.
Los blogs dan la oportunidad de mostrar los valores del negocio a la gente y de generar una relación de confianza para que te tengan en mente cuando vayan a comprar. ¿Por qué te van a comprar? Porque tu web les ha ayudado cuando les ha hecho falta.
Lo de escribir en el blog para vender ya no existe. El blog está para ayudar a la gente a solventar dudas y para quitarse miedos.
Una cosa son tus objetivos, es decir, vender, y otra son los objetivos de los usuarios, que buscan resolver sus problemas.
Y, ojo, que en el blog también tienen cabida los vídeos, porque hay búsquedas que se resuelven mejor en vídeo, tipo tutoriales o manuales…
Cada cliente, cuando te visite, estará en un punto distinto del embudo de ventas. Ahí el blog debe abarcar todos esos puntos o fases en las que se encuentra cada potencial cliente.
No es lo mismo cuando creamos un post para gente que está empezando con el podcast, explicando cómo crearlo, que un post para mostrar a los que ya lo tienen cómo monetizarlo. Cada uno estará en su fase, pero el blog les da respuesta a todos.
Otro ejemplo, no es lo mismo escribir para quien no sabe cómo cepillarse correctamente los dientes, que para quien ya tiene que elegir un cepillo con una dureza determinada. Pues así con todo. Cada cliente estará en un punto diferente.
Usas el blog para contar qué resuelves, qué haces y no quién eres. Deja de hablar de ti y habla de los problemas o necesidades de la gente.
Una vez que sepas de qué hablar, hay que ajustar ese contenido a las búsquedas reales que hace la gente en Google y, para eso, tenemos unas herramientas carísimas y maravillosas que te pueden decir qué título ponerle a tu artículo, qué preguntas se hace la gente al respecto, etc. Incluso Google, cuando buscas algo, te sugiere mas búsquedas y preguntas que se hace la gente.
Por supuesto, interesa conseguir que la gente se suscriba a tu blog y conseguir su mail, aunque sea ofreciéndoles algo para que lo hagan. La idea es mantener el contacto con la gente.
Nada de poner lo típico de de “suscríbete y conoce todas nuestras novedades” o “suscríbete y sé la primera en conocer nuestros artículos”. Tus novedades no interesan. Interesa qué ofreces para solventar sus problemas y cuidado con prometer el oro y el moro, que la gente se borrará de la suscripción.
Queremos una relación duradera con la gente, ¿no? Esto es como ligar: al principio te arreglas mucho para atraer a la gente y cuando te vas conociendo y ves lo que había detrás de tanto arreglo, ya decides si sigues adelante o no.
A la hora de crear un calendario de publicaciones, hay que ser realista. Mira de cuánto tiempo dispones y verás la frecuencia con la que podrás publicar. Repito: sé realista. Mejor calidad que cantidad. Cuando lo hagas, mira a ver qué vas a ir publicando y lo anotas.
La constancia es un grado, eso sí, siempre que aportes cosas que merezcan la pena. Si no lo haces así, acabarás abandonando tu blog por quemazón. Mira cuántas empresas tienen sus blogs abandonados.
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